Mujer! Dios no te rechaza! |
En Génesis 37.26/27 leemos sobre la historia de José, el consentido de su padre, y la envidia de sus hermanos por ésta misma razón. A causa de ésto, fue humillado por sus hermanos, recibió un trato injusto, fue ultrajado, lanzado en un pozo y vendido como esclavo por su propia familia. Cuantas veces es nuestra propia familia la que nos hiere?. José fue llevado a Egipto al ser vendido, y allí fue sometido a esclavitud, luego fue puesto sin razón en la cárcel, aunque él era un joven íntegro, con sueños por cumplir, talentoso. A él parece que sólo le iba de mal en peor, olvidado por sus amigos, enfrentado a la soledad, con el recuerdo doloroso de haber sido aborrecido por sus parientes. Sin embargo, José aprovechó cada oportunidad aun en sus condiciones adversas y brilló con luz propia, se mantuvo fiel a Dios y a sus principios, fue responsable y paciente,y en el momento de mayor angustia en una nación Dios lo levantó como gobernador de Egipto y después de un largo proceso pudo bendecir a aquella familia que tanto lo había menospreciado, tenido en poco y hasta burlado de él.
Dios es nuestro Consolador |
No fue fácil perdonarlos, pero era necesario para liberar sus pesadas cargas en el corazón. Cuantas veces te has sentido identificada con José? Cuanto daño has podido recibir creyendo que es injusto para ti? Cuantas veces aquellos que amamos o son nuestra propia sangre son los que más nos han marcado de forma negativa, y hay resentimiento en el alma? Te sentiste sola, con qué ganas has querido un abrazo sincero, alguien sobre quien llorar y sentir que te comprenden? Hoy el abrazo del Padre Celestial está preparado para ti! José entendió que todo lo que había pasado era con el propósito de preservar a su familia del hambre, y que Dios aun permitió que tal maldad hecha contra él fuese usada para bendición, aun los malvados fueron herramientas de Dios para procesar a este joven. José tuvo un reencuentro con su padre, quien siempre creyó que él había muerto, en Génesis 46.29 podemos leer este conmovedor relato de cómo el padre y el hijo se funden en un abrazo de amor y de lágrimas. Anhelas llorar así en brazos de tu Padre Consolador? Cierra tus ojos y pídele que te haga sentir Su abrazo, que te toque el corazón y no temas llorar ante Aquel que te ama y entiende tu dolor. Sólo te puedo decir que no para siempre será el sufrimiento,y que en medio de la dificultad Dios está trabajando, aunque no lo comprendamos, aunque haya pasado mucho tiempo desde que fuiste felíz.
Hay un abrazo de Dios para ti, descansa en ÉL. |
Dios nunca te dejó sola, tu lo dejaste, pero hoy vuelves de corazón, y el abrazo del Padre Eterno te cobija el alma.
Haz esta oración: Padre, reconozco que te necesito, que cuando todo me falta aun me quedas tu, y si te tengo a ti entonces lo tengo todo. Perdona la dureza de mi corazón, porque al no entender Tu voluntad mi vida se llenó de amargura, vanidad y dolor. Recíbeme en tus brazos de amor, dame el consuelo que tanto he necesitado, y dame la oportunidad de seguir adelante con una sonrisa en mi alma, siempre a tu lado, no permitas que me vuelva a sentir lejos de ti. Hoy te pido me des tu salvación a través de tu hijo Jesús, y limpia mi vida de toda suciedad, y lléname de tu Santo Espíritu. Amén.
No olvides compartir con tus amigas, y dar me gusta! Recuerda que siempre hay una mujer esperando una palabra de consuelo, bendiciones!